La OMS define a la epilepsia como una afección crónica, de etiología diversa, caracterizada por crisis recurrentes debidas a una descarga excesiva de las neuronas cerebrales. Simplemente eso significa que la epilepsia es un síntoma de una disfunción neurológica fundamental en el cerebro.
Existen otras patologías que pueden causar convulsiones o ataques que se presentan en forma de temblores leves o severos ya que este padecimiento también se puede presentar en forma secundaria a otras enfermedades como: moquillo, tumores cerebrales, falla hepática o cardíaca, diabetes, traumas cranenos, hipocalcenia o exposición a sustancias tóxicas, etc...
¿Porque y como ocurren?
Existen varios factores que predisponen a la aparición de un ataque epiléptico:
- Predisposición genética, o factores de edad-sexo condicionantes.
- Desequilibrio metabólico general que reduce el umbral convulsivo (hipoglucemia, falla renal, sobrecarga hídrica durante el estro).
- Lesión cerebral focal adquirida resultante de encefalitis, cicatrizaciones o masas ocupantes del espacio.
- Factor disparador: Sueño o Stress emocional
Componentes de un ataque epiléptico:
- AURA: Es el primer conjunto de signos que preceden o anuncian un ataque epiléptico. Puede durar desde segundos, horas o en raras ocasiones días. El animal presenta una mirada fija, se moja los labios, se contorsiona, se inquieta y tiende a esconderse, vagar o mostrar más afecto por su amo. por lo que muchos propietarios no se percatan con claridad de ellos.
- ICTUS: Crisis real. Dura de segundos a varios minutos, y puede ser generalizada, parcial y no motora. Durante este episodio, el perro comúnmente cae derribado sobre un costado y hay una respuesta motora involuntaria seria manifestada por movimientos de patadas, pedaleo o remo. El perro producirá una salivación excesiva y puede perder el control sobre sus esfínteres anal y urinario. Todos estos actos son inconscientes por lo que el animal pierde relación con el medio ambiente.
- POSTICTUS: La tercera es la etapa "postictal" que se caracteriza por un periodo de confusión, desorientación, excesiva salivación, inquietud, falta de respuesta confiable con relación a los estímulos ambientales y en algunos casos ceguera.
DIAGNOSTICO Y TRATAMIENTO
Antes de iniciar el tratamiento, el médico debe preguntarse si está frente a un caso de epilepsia idiopática o si las crisis son secundarias a otra afección, en este caso para descartarlas podría recurrir a análisis de sangre por ejemplo. La epilepsia idiopática es más frecuente entre las edades de 2 a 3 años, en tanto que las secundarias lo son antes y después de estas edades; además, éstas tienen una alta probabilidad de ser focales. La focalidad puede ser clínica y por lo tanto deductible de la anamnesis porque incluye el aura, pero puede ser sólo electroencefalográfica.
El EEG (Electroencefalograma)es un examen que permite registrar la actividad eléctrica que se produce en parte de la corteza cerebral; constituye el examen de laboratorio más útil para apoyar el diagnóstico de epilepsia y clasificar el tipo de crisis.Como hemos mencionado anteriormente, la diferenciación entre los distintos subgrupos de crisis epilépticas permite seleccionar el anticonvulsivante que tiene más probabilidad de controlar el tipo de crisis mediante una monoterapia, aspecto fundamental en la terapia actual.
El tratamiento de la epilepsia es solamente para controlar los ataques, más no para curar completamente al animal, el objetivo es mejorar su calidad de vida. En caso de perros de razas grandes, el pronóstico es más reservado y pobre, y en algunos casos el animal, en lugar de mejorar con la terapia anticonvulsiva, empeora y se hacen más frecuentes los ataques.
